Son los momentos más dulces, bonitos, alegres, en los que te da igual todo y sólo disfrutas de tus juguetes.
No tienes problemas, no hay que estudiar, no tienes responsabilidades. Es llegar del cole y ponerse a jugar.
Esa vida la mayoría de las personas la a deseado más de una vez, pero pienso que en la vida hay que madurar y que esto va por etapas y en la que uno ya se tiene que tomar las cosas de diferente manera y tiene que tomar decisiones en los que la vida puede darte un giro de 360º.
Me gusta lo que estoy viviendo ahora y sí, se te pasa alguna vez el ser peque otra vez y que te den todo hecho y que tú no tengas nada que hacer, pero, prefiero madurar yo sólo día a día, tropezar contra la misma piedra millones de veces si hace falta hasta el día que ya sepa saltarla y no me vuelva a pasar. Yo prefiero eso, porque uno va llegando a una edad en la cuál las cosas son diferentes a las que uno sueña cuando es más pequeño.
Todo se hace más chico. Lo que uno sueña cuando es peque es algo grandioso y fácil de conseguir porque no tienes consciencia de lo que estás pensando. Pero uno piensa eso hoy día y sabe de las posibilidades que tiene o no de conseguirlo
Por eso mismo, prefiero el madurar al tener una vida de Peter Pan, aunque todos en nuestro interior, siempre lo llevaremos.
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